Mi atelier
El atelier del Abasto
Es un semisótano de 200 m2 en una sola planta, en un antiguo edificio del barrio del Abasto, utilizado como maduradero de bananas por los puesteros del Mercado del Abasto. Posteriormente fue un secadero de quesos de la empresa Natalio Alba, dueño de la marca “Proboleta” del año 1928. Luego de estar cerrado durante muchos años, en 1997 lo adquiero y armo mi taller.
El atelier de la Antártida
Cuando me convocaron para ir a la Antártida, no quise ni preguntar ni averiguar nada, sobre que era la Antártida, de que se trataba, a donde iba. La idea era viajar sin preconceptos. Descubrir todo desde el principio, que todo me sorprendiera. Y vivir el día a día, resolver todo en su momento, con lo que había.
No analizaba. Solo vivir, compartir convivir con todo el personal de las bases, andar, documentar y pintar.
Eso también ocurrió con mis lugares de trabajo. Mi atelier. Tuve uno en la base Jubany y otro en las Base Esperanza. El de Jubany estaba compartido con todo el personal de la base, estaba en el “Casino”, que es el espacio social de la base. Ahí se desayunaba, almorzaba y cenaba, y también las reuniones sociales los fines de semana. Mi tablero era una de las caras de la mesa de pin pon. No era muy privado.
El de la Base Esperanza también tenía lo suyo. Ahí me dieron espacio en un depósito lleno de cajas, sin calefacción. Me facilitaron una estufa eléctrica de tres radiadores, que la tenía pegada a mí, lo más cerca posible. Pero era privado.
Estaba solo para poder trabajar. Y lo que más recuerdo, era esa pequeña ventana, que mientras pintaba, veía la Antártida. Era mi paisaje cotidiano.
Base Esperanza
Base Carlini (ex base Jubany)